En 2012, un Proyecto Aeroespacial Argentina, el Proyecto Tronador II, un programa compuesto por una serie de cohetes espaciales, perteneciente a la Comisión Nacional de Actividades Espaciales de la Argentina (CONAE) desembarcó en la localidad. Y aunque frenó sus actividades en la presidencia de Mauricio Macri, hoy sigue en pie con la gestión de Axel Kicillof. No sólo ello, sino que el cine de Pipinas también es objeto de estudio y de posible resignificación. Un gato de 7 vidas.
De trenes y cementeras: el nacimiento y años de apogeo de Pipinas
Como muchos pueblos, Pipinas creció junto a la llegada del tren. Su nombre, homenaje a las dos hijas de una importante familia bonaerense, también fue el título de la estación ferroviaria bautizada en diciembre de 1913.
Poco a poco, Las Pipinas, o simplemente Pipinas, se convirtió en un importante sitio de paso. Sin embargo, alcanzó su real crecimiento en 1938, cuando la empresa de capitales cordobeses CORCEMAR (Corporación Cementera Argentina), interesada por los yacimientos de conchilla de la región, instaló una fábrica en el pueblo bonaerense.
Desde allí, todo fue crecimiento: mil obreros, un hotel que aún sigue vigente, trabajo masivo, la construcción de casas, una iglesia, una escuela, una sala de primeros auxilios, un club para los empleados y todo ello que tiene/debe tener un pueblo. Así, Pipinas pasó de ser un sitio de paso a un lugar para vivir: llegó a tener 3.500 habitantes, con Corcemar como el corazón de la localidad.
Pero de golpe -o no-, el descenso. En los años 50, el importante empresario Alfredo Fortabat adquirió la planta, que pasó a llamarse Loma Negra. Luego, devino la dictadura, que significó una caída de la producción. Pero lo peor estaba por venir: el neoliberalismo.
Finalmente, en los 90, con Amalia Fortabat como dueña de Loma Negra, Corcemar vendió definitivamente sus tierras, lo que generó un recorte de trabajadores, un éxodo masivo y un pueblo casi fantasma. A ello, se le suma que en 2002, Loma Negra cerró definitivamente sus puertas cuando fue vendida a una empresa brasileña que más que producir, compraba a la competencia para eliminarla.
Y así, Pipinas, pasó del apogeo al despojo: la población se redujo a 900 habitantes y el pueblo volvió a ser un sitio de paso entre la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la Costa Atlántica.
La fábrica cementera CORCEMAR en su máximo esplendor.
Pipinas VIVA, Cooperativa de Trabajo.
Nacimiento Número 2: los vecinos
En 2003, Pipinas tenía más de 50 casas desocupadas y una población mínima. A su vez, el treinta por ciento de la gente vivía de su jubiliación -lo que quedó de Corcemar-, otro poco de la indemnización y muchos más, sobrevivían. La tasa de desocupación aumentaba y el contexto argentino no era el mejor.
Pero la resurrección tiene nombre y apellido, y no fue en Jerusalén si no en la provincia de Buenos Aires: apareció la Cooperativa Pipinas VIVA. Los pipinenses decidieron, una vez más, torcer la historia: a través de la cooperativa, se restauraban instituciones abandonadas. El trabajo principal fue en la restauración y mantenimiento del hotel de Pipinas, siendo el principal motor en la localidad. A su vez, se establecieron locales gastronómicos y puestos de productos de campo.
Cabe destacar que en 2011, asumió el intendente Hernán y Zurieta, que con políticas públicas, impulsó el renacimiento de la localidad, y te contaremos por qué.
Cooperativa Pipinas VIVA.
Nacimiento Número 3: el Proyecto Tronador y un Estado presente
El Proyecto Tronador II, está bajo la órbita de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales de la Argentina (CONAE) y básicamente consiste en la construcción de satélites que permitan observar la tierra con aplicaciones pacíficas. El proyecto, en 2012, llegó a la Base Aeronaval de Punta Indio, pero el trabajo luego se mudó a Pipinas, con el objetivo claro del resurgimiento económico y social. Muchos jóvenes trabajaron en el stand del proyecto sobre ruta 36. En 2014, en Punta Indio, se llevó a cabo la primera prueba de un vehículo experimental.
Con la asunción de Mauricio Macri en 2015, el proyecto quedó suspendido hasta el 2023, cuando el por entonces Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de Alberto Fernández, estableció el Centro de Interpretación, Divulgación y Formación Aeroespacial (CIDyFA), en el marco del Programa Federal “Construir Ciencia”, en Pipinas.
Axel Kicillof y Daniel Filmus, en Pipinas.
Paralelamente, bajo la gestión de Axel Kicillof, además del centro de divulgación, también se destinó 15 millones para la restauración y el acondicionamiento de las que fueran las instalaciones del antiguo cine de Pipinas, donde se construyeron dos aulas, un auditorio para 150 estudiantes, un área de servicios, sanitarios y oficinas administrativas. Asimismo, se destina un presupuesto de 52 millones de pesos para el dictado de dos carreras: la Tecnicatura Universitaria en Operación y Mantenimiento en Redes Eléctricas y el Tramo de Formación Pedagógico.
Y hay planes para el futuro, como la rehabilitación de calzada, ensanche y pavimentación de banquinas de la Ruta Provincial 36, como también la repavimentación de la pista de la Base Aeronaval de Punta Indio (BAPI), clave para el desarrollo de la localidad de Verónica.
Así resumió Axel Kicillof la importancia de un estado presente para el crecimiento de Pipinas y de su gente, claro: “Esta obra requiere una inversión muy grande que solo el Estado puede impulsar para mejorar la calidad de vida de los vecinos y vecinas de Punta Indio y de la región. Forma parte de la historia de una ciudad que se reconstruye, se reinventa, y en la que vamos a seguir invirtiendo para que se consolide como un complejo universitario, científico y espacial”.