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“Si bien es una medicación que bien usada tiene efectos antiinflamatorios potentes y casi inmediatos, la administración tiene que ser muy cauta y en casos muy puntuales”, consideró Paús teniendo en cuenta la gran cantidad de efectos negativos que puede acarrear.

Centrándose ya en su uso en el deporte, sostuvo: “Esto se usa desde hace años. Era una lucha enorme, los jugadores que venían de afuera o del interior tenían médicos de equipos con gran tendencia a darles este tipo de medicaciones la noche antes del partido”.

“Vos podías hacerlo figurar como una infiltración intraarticular, que estaba permitida, pero muchas de las infiltraciones intramusculares se hacían pasar como intraarticulares”, contó sobre la metodología que se utilizaba para evadir resultados positivos en los controles.

Ahora todo cambió, y sobre esta modificación Paús explicó: “El corticoide no se dosaba cuantitativamente sino cualitativamente. Ahora cambió, y se sabe que a partir de tanto en sangre o en orina se sabe que la medicación fue dada intramuscular”.

“El año pasado ya estábamos al tanto. Ya estaba esta información y a los médicos de cada equipo se les había informado de este cambio de dosaje”, explicó el profesional, reparando en que la responsabilidad y las posibles culpas debieran estar en los médicos más que en los jugadores.