A fuerza de victorias Estudiantes torció el pésimo inicio que tuvo en el semestre y que hasta pusieron en duda la continuidad del entrenador. Después de las derrotas ante Vélez y Unión, el equipo ganó tres juegos consecutivos (frente a Huracán Racing e Independiente Rivadavia), y mira la carrera por meterse en una competición a través de la tabla general del torneo de otra forma.
Para poder sostener el plantel y su economía ordenada, el club debe jugar la Copa Libertadores 2026. No hacerlo sería un retroceso muy importante en el ingreso de dinero al que se acostumbró. De por sí, ya jugar Sudamericana sería un dolor de cabeza, teniendo en cuenta la diferencia de premios entre una competición y otra.
Para jugar Libertadores en 2026, Estudiantes tiene tres caminos: ganar la edición actual, ser campeón del Clausura o clasificarse por la Tabla General y allí es donde podremos el foco, ya que las otras dos alternativas suenan como las más complejas.
La Sudamericana a tiro, la Libertadores más lejos
Las tres victorias al hilo le posibilitaron al equipo de Eduardo Domínguez recuperar terreno y estar en el puesto 13 de la tabla anual a un punto del último clasificado a la Sudamericana, que es Independiente con 31. Con la misma cantidad de puntos están Tigre e Independiente Rivadavia. Riestra tiene 30 y un partido menos.
Pensando en Libertadores, la cosa está más difícil: está a ocho puntos de Argentinos que es el último que se clasifica hasta el momento con una decena de equipos en el medio.
Si bien todavía falta más de la mitad del torneo, cada punto cuenta porque el pronunciado bajón que el equipo tuvo en el semestre anterior lo metió en un problema grande de cara al año próximo, donde un descenso de status deportivo significará una complicación económica similar.