Estudiantes se trajo un empate anímicamente valioso de Córdoba: en la última jugada, Facundo Rodríguez aprovechó una pelota que quedó muerta en el área chica, gambeteó y remató para así -después de un flipper entre el arquero y Gabriel Compagnucci– marcar el 1-1 definitivo.
Sin embargo, en Belgrano se quedaron muy calientes por esa igualdad. Y no con la situación per sé sino con el árbitro Bryan Ferreyra y su asistente VAR Germán Delfino. ¿El motivo? Una supuesta mano de Román Gómez en la génesis.
La protesta de Zielinski
“Te da mucha bronca porque evidentemente era la última pelota, no la pudimos defender. A mi criterio hay mano y cada vez que hay una mano en un gol según el reglamento se tiene que anular”, dijo Ricardo Zielinski, ex entrenador de EdeLP, hoy en el banco del Pirata.
“No me gusta hablar de los árbitros pero me obligan. Hay muchas jugadas que a lo largo de este campeonato nos perjudicaron. La jugada la vimos y tranquilamente la acomoda con la mano. Si no está la mano, no había jugada. Te da bronca porque evidentemente en un partido muy parejo habíamos sacado la diferencia”.
Ahora bien: ¿hubo mano? La secuencia fue la siguiente: Gabriel Neves envió un centro frontal desde el sector derecho que cayó en el corazón del área. Allí, Román Gómez pareció atropellar el balón en una posición poco ortodoxa. Y en ese movimiento se llevó por delante con su mano la número 5, favoreciendo a que ésta cayera delante de Rodríguez.
En distintas cámaras de TV, si bien la pelota parece dar en el brazo, no queda claro. Sí lo fue evidentemente para el juez y para el VAR, que consideraron -según lo expuesto por los jugadores de Belgrano– que no se trataba de una mano sancionable.
La bronca, está claro, no se la pudieron sacar al Ruso Zielinski. Que viene acumulando enojo con el trabajo de los árbitros en el campeonato por distintos fallos que jugaron en contra de la B.
Así fue el gol de Estudiantes
Contra Barracas no dijo nada
Eso sí, la queja de Zielinski se da ahora con Estudiantes. Hace tres fechas, cuando le anularon ante Barracas un gol lícito por una falta que nunca fue, el Ruso prefirió callar. “No vi la jugada ni la voy a ver de nuevo. Lo que sucede no se puede evitar”, dijo aquella vez, en la cancha del Guapo.