Para la selección de Gerardo Martino este no era un partido cualquiera, era la tercera final consecutiva en los últimos tres años. Y tenía el plus de volver a enfrentar a Chile, con quien perdió la edición pasada de la Copa América. En New Jersey se volvieron a ver las caras en un nuevo partido cumbre.
Esta imagen ya varios la vieron, definición por penales, dos argentinos que malograron desde los once pasos, y los de rojo festejando y quedándose con la copa. El empate en los noventa minutos y posteriormente en el tiempo extra, volvieron a ser una pesadilla para Argentina.
Argentina no tardó en reaccionar en la primera etapa, a los 17 segundos Messi recuperó en el intento de presión alta, le quedó a Banega y remató de afuera cruzado. Chile busca en los primeros minutos sorprender de contra golpe, pero la selección de Martino volvió a responder de la mano de Higuain, que se erró un mano a mano a los 20 minutos.
En esa primera etapa el árbitro Heber Lopes empezó a dar la nota. Primero expulsó bien a Marcelo Díaz, por reiteración de faltas, pero después en una jugada confusa le mostró la tarjeta a Marcos Rojo. El lateral fue a disputar una pelota con Vidal y tras varios empujones decidió mandarlo a los vestuarios al lateral del Manchester United.
En el complemento, los dirigidos por Pizzi se hicieron con la pelota y con tranquilidad manejaron por minutos el juego. Kranevitter ingresó para volver a tener peso en la zona central, y Agüero lo hizo por Higuaín para darle piernas frescas al ataque.
Los últimos minutos se vivieron con intensidad, aunque el cansancio se apoderó de los jugadores, Chile tuvo varias chances para abrir el marcador pero Romero, Funes Mori y Otamendi estuvieron firmes en defensa. Agüero también tuvo su chance, un remate entrando al área grande por derecha que se fue lejos del arco de Bravo.
El cero a cero obligó al tiempo extra, en los primeros quince minutos, la más clara la tuvo Argentina. Centro de Messi, y un cabezazo de Agüero que obligó a Bravo a hacer la mejor atajada del encuentro.
Otra vez el partido se fue a los penales, y otra vez un deja vu de lo que pasó el año pasado. Los que erraron cambiaron los nombres, Messi erró y Biglia no pudo ante el golero Chileno. Silva sentenció e inclinó nuevamente la copa para Chile, esta vez no es cualquiera es la centenario, la de oro.
