Las tensiones que afloran en el Frente de Todos parecen no hacer mella en el Frente Renovador que conduce Sergio Massa y que, en silencio, gana músculo de cara a la batalla de las elecciones 2023, donde se anticipa un escenario “todos contra todos”.
Al espacio, fundado en 2013 bajo la premisa de reeditar el abrazo entre Perón y Balbín, le quedó un sabor agridulce después de las elecciones del 19. Es que, si bien se integró de buena forma a la alianza gobernante, dejó en el camino representación legislativa y en el territorio, con la pérdida de municipios como Necochea o San Miguel del Monte.
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Hoy la situación es distinta.
En los grupos de whatsapp del Frente Renovador ya son 12 los Jefes Comunales interactuando. Si bien la letra chica de cada una de las situaciones políticas y partidarias no está del todo definida, en los cuarteles generalesse los cuenta como “propios”.
Sergio Massa delegó en el intendente de General Las Heras, Javier Osuna, ese diálogo, por ahora fructífero. El experimentado alcalde tiene el don de la persuasión y buena llegada a todos los territorios. A la simpatía de Osuna le suma los buenos oficios de los funcionarios que tiene en los gobiernos nacional y de la provincia de Buenos Aires y la línea directa que mantiene con Alberto Fernández y Axel Kicillof.
“Nos resuelve todo. Nunca nos deja tirados”, admitió a INFOCIELO un intendente bonaerense en referencia a Massa. Esa línea seduce a quienes tienen la gestión entre ceja y ceja. Mucho más a los que no se sienten contenidos en los armados mayoritarios o que quedaron directamente huérfanos.
Eran ocho, ahora son ¿doce?
El 10 de diciembre de 2019, el Frente Renovador podía contar a ocho intendentes “propios”. Eran Sebastián Ianantuony, de General Alvarado; Javier Osuna, de General Las Heras; Alfredo Zavatarelli, de General Pinto; Juan Andreotti, de San Fernando; Javier Puglelli, de San Andrés de Giles; Javier Gastón, de Chascomús; Blanca Cantero, de Presidente Perón, Carlos Bevilacqua, de Villarino, asociado al massismo pero con sello vecinalista e identidad propia.
A ese grupo de ocho renovadores “puros”, que fueron electos o reelectos en los comicios de 2019, se añaden un grupo de vecinalistas o incluso de Juntos por el Cambio que fueron “contenidos” por el grupo que comanda Sergio Massa. Alberto Gelené, de Las Flores; Arturo Rojas, de Necochea; Sergio Bordoni, de Tornquist, y Marcos Pisano, de Bolívar empiezan a mostrarse renovadores.
Los que se “fugaron” de Juntos
Tanto Rojas como Bordoni tienen la paradoja de haber sido electos por Juntos en 2019. El caso del necochense es bravo, porque fue justamente quien le arrebató Necochea al Frente Renovador en aquellos comicios. Rojas hizo campaña sentado sobre la caja del Puerto Quequén, enfrentando a un Gobierno de bolsillos vacíos.
Los hermanos López -Facundo, el exintendente, y Jimena, diputada nacional-, los más perjudicados por esa decisión política, se alinearon a la jugada ni bien el Presidente de la Cámara de Diputados sentó a Rojas en un almuerzo de referentes bonaerenses.
“Si Massa considera que sirve por algo es”, opinan en Necochea, convencidos de la tarea de “sumar músculo” para las elecciones del año próximo, especialmente en el interior de la provincia de Buenos Aires.
Los vecinalistas renovadores
El Frente Renovador tiene en el sudoeste un socio con juego propio. Carlos Bevilacqua, intendente de Villarino, mantiene una identidad vecinalista que le permite sortear tempestades. Su sello, Acción por Villarino, se expande. Cerca de allí, Sergio Bordoni, un peronista exiliado a la Coalición Cívica, incorporado a Cambiemos y fugado de ese espacio, armó Acción por Tornquist y se alineó.
No son los únicos vecinalistas del Frente Renovador. Javier Gastón, de Chascomús, hace rato orbita allí. En las últimas elecciones pagó el precio de dejar de lado su identidad local, porque la ley ya no permite el “truco” de las adhesiones. Cuál será la estrategia de los vecinalistas del sur para 2023 es una verdadera incógnita.
Los dos peronistas
Las dos incorporaciones más sorpresivas del Frente Renovador son los intendentes de Las Flores, Alberto Gelené, y de Bolívar, Marcos Pisano.
El primero es un histórico dirigente peronista de la quinta que recuperó el distrito en 2019. Más de una vez intentó lograr un cargo legislativo pero las puertas no se le abrieron. En 2021 le dieron el tercer lugar en una lista de candidatos a senadores en la que era imposible colar más de dos. El Intendente puso la cara en el debate que promovió INFOCIELO pero no tuvo premio.
La situación de Pisano es más compleja y está ligada a su relación con Eduardo Bucca. “Bali” representa a un peronismo no kirchnerista que volvió al Frente de Todos en 2021 y le permitió sumar una banca por la séptima. Pero la relación con su delfín no es buena. “El matrimonio sigue en pie, pero duermen en camas separadas”, fue la metáfora que eligió un conocedor para explicar la relación.
Lo último que se supo públicamente es que Bucca cuestionó a Pisano porque hubo pirotecnia sonora en el distrito, a pesar de que promueve su prohibición.
En La Plata dan por hecho que Pisano orbita cerca de Sergio Massa pero en Bolívar no están tan convencidos. “Participa de los chats y estuvo en algún zoom, pero no más que eso”, aseguran, y subrayan que el intendente mantiene sintonía fina con el kirchnerismo duro de la mano del camporista César Valicenti a nivel seccional.
“Trabajamos con Pisano desde hace muchos meses, pensamos cosas muy parecidas para la Argentina y para la Provincia”, dicen en el massismo, donde aseguran desconocer los motivos del intendente para mantenerlo en secreto.
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