Mauricio Pellegrino llegó a Estudiantes como una incógnita, teniendo en cuenta que sólo había dirigido en el fútbol español y parecía alejado del medio local. Sin embargo, en un mes el balance es más que positivo.
Estudiantes había cumplido una primera mitad de campeonato pésima, producto del mal ciclo de Diego Cagna. Y ya empezaban a aparecer las declaraciones de sus propios futbolistas pensando en la necesidad de engrosar el promedio de la próxima temporada, reconociendo esos problemas.
De esta forma, el Flaco sabía que esta etapa sería de conocimiento del plantel pero a su vez teniendo que sacar resultados positivos para afianzar su idea de juego y a su vez ganarse el respaldo de los hinchas.
El Pincha sabe a qué juega y además suma, lo cual no es poco. Consiguió ya 7 puntos de los 12 que disputó en el Torneo Final, ganando dos partidos que debía ganar ante Boca y Unión en casa, mientras que avanzó en la Copa Argentina. Afianzó la defensa, con tres partidos sin recibir goles, y de a poco se va soltando en ataque.
Restan cinco partidos por disputarse y el optimismo crece día a día porque los jugadores absorvieron la estrategia y miran con otros ojos la tabla, que lo tenía último hasta no hace mucho, imaginando un segundo semestre del 2013 volviendo a los primeros planos y sin pensar en la lucha por evitar algo que era impensado en la última década.