A horas de que su libro “Diego desde adentro” se consiga en las librerías de todo el país Fernando Signorini, el preparador físico que acompañó los mejores años deportivos de Diego Maradona, contó detalles de su vínculo con el astro que el 30 de este mes estaría cumpliendo 61 años: “Diego no nació para ser explicado, sino apreciado y admirado”, subrayó.
El Ciego – como lo bautizó el propio Maradona en sus años de amistad – le brindó una extensa charla a Deportivo Usina y allí se explayó sobre las mil y un vivencias compartidas con el nacido en Villa Fiorito a la vez que contó como nació ese vínculo y como una tragedia deportiva le cambió la vida a ambos: “Mi vínculo con él comienza cuando Menotti me autoriza para presenciar los entrenamientos del Barcelona. El destino estaba marcado y tenía que ser así”, dijo.
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El Pincha tiene que descontar varios puntos y la tabla no le juega a favor, pero tendrá por delante el doble de partidos en UNO, donde logró edificar una garantía en este semestre.
“ Un día conocí a Diego y a partir de ahí, comenzó a desarrollarse una relación de amistad que fue de mucho respeto y de lealtad. Hasta que Goikoetxea tuvo la gran idea de fracturarle el tobillo. Para Diego fue un hecho de incertidumbre y dolor pero para mí fue la llave que me abrió la puerta a un futuro impensado y maravilloso de transformarme en el primer preparador personal de jugadores. Eso no existía y lo inventó Diego. Nos pusimos de acuerdo y comenzamos a recorrer esa aventura. Era tan fascinante como preocupante como toda primera vez”, dijo sobre aquel estremecedor 24 de septiembre de 1983 donde el jugador vasco casi retira del fútbol al astro en el Camp Nou.
La vez que Diego lo invitó a jugar en el Nápoli
“Una mañana debía hacerle una batería de test así que le pedí a Claudia (Villafañe) que traten de comer liviano, acostarse temprano y portarse todo lo bien que puedan, así que lo fui a buscar al otro día; una vez ahí le expliqué a Diego que se trataba de ese test. “Vos anda dosificando”, le dije y cuando empezó a correr empecé a cantarle los tiempos, pero Diego siempre corría igual. Y cuando le digo basta, me acerco y él con las manos en jarra me dice “esto no sirve para nada” yo pensé que me quedaba sin trabajo. ¿“Como qué no sirve para nada? ´No, esto no sirve para nada´me dijo y me preguntó cuanto tenía que hacer; y bueno….un jugador de élite mundial, en tu posición…3.600 metros y me pregunta, sin mirarme ¿y cuánto hice?, 2550 y ahí Diego, que seguía sin mirarme me dice: ¿y vos cuanto haces? Yo mínimo hago 3.200 y se agachó y por primera vez me miró y me dijo: entonces el domingo jugá vos ”.
La traición de FIFA a Diego Maradona en Estados Unidos
Consultado por sus días en el recordado Mundial de 1994 Fernando Signorini dijo: “Era una posibilidad que le tocará el dóping, pero fue llamativo. Yo creo que la bolilla estaba más fría que las otras, como se suele decir. El dóping de Maradona fue sospechoso. Fue el momento deportivo más triste y dramático que me tocó compartir junto a él. Diego Había hecho un esfuerzo descomunal para estar. Él ya había abandonado el fútbol, ya estaba sumergido en su problema de acción. Fue una puñalada traicionera del poder que no le iba a perdonar la irreverencia, la rebeldía con los que diego se oponía a los designios del poder”.
