En un extraño momento radial, el periodista y titular del CELS, Horacio Verbitsky hizo un pormemorizado relato de como fue su proceso de vacunación con la dosis de la Sputnik V: “Decidí vacunarme. Me puse a averiguar dónde hacerlo, llamé a mi viejo amigo Ginés González García –a quien conozco de mucho antes que fuera ministro– y me dijo que tenía que ir al Hospital Posadas”, contó.
A los pocos minutos las redes viralizaron lo dicho por el comunicador, de clara simpatía kirchnerista, señalándolo como alguien que se aprovechó de su situación privilegiada para obtener la vacuna, antes que otras personas que la necesitan, quizás con mayor premura.
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Verbitsky, de 79 años contó que había hablado previamente con el Ministro de Salud Ginés González García, de quien dijo ser amigo personal desde hace muchos años, y que primero lo había enviado a darse la vacuna en el Hospital Posadas, ubicado en El Palomar, pero luego lo llamaron para que vaya al propio Ministerio de Salud de la Nación en donde una delegación de ese nosocomio estaba aplicando la vacuna.
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Sin preocuparse en ningún momento porque alguien pudiera indicar que por su condición de periodista “amigo del poder” pudiera haber accedido de manera anticipada a la vacuna, Verbitsky simplemente realizó el relato de cómo se dieron los hechos y agregó que en su familia hubo 9 casos de coronavirus, en personas de todas las edades, con uno de ellos fallecido.
También Verbitsky aclaró que uno de sus hijos, de profesión biólogo molecular, fue quien lo convenció de aplicársela, porque él había expresado públicamente que le temía a posibles efectos secundarios de la vacuna.
En los comentarios en redes no fueron pocos los que apelaron a la suspicacia de que Horacio Verbitsky no haya contado su episodio de vacunación “inocentemente” sino como parte de una interna del Frente de Todos, para perjudicar a alguien por ser selectivo con “personalidades” a la hora de vacunar.
Del relato no se desprende de modo evidente ningun apuntamiento a funcionario que haya obrado de manera incorrecta al ofrecerle vacunarse antes que “al común de la gente”, más allá de Verbitsky pertenecer, por edad, a población de riesgo.
El fragmento mas llamativo del relato del titular del CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales), fue cuando contó que el segundo en la linea de mandos del grupo Clarín, José Antonio Aranda también iba a ir a vacunarse por invitación del Ministerio de Salud nacional, pero cuando se enteró que la vacuna que aún se aplicaba era la Sputnik V, de origen ruso, prefirió aguardar a que llegue la de Oxford Astrazeneca para aceptar el convite.
Quizás la razón de Verbitsky para contar el proceso de su vacunación sea solamente darle pie a esta anécdota, como para dar pasto a “su propia tropa” de seguir alimentando la bronca hacia quienes desde el gobierno, continúan siendo “amigos de Clarín”, ofreciéndoles ventajas a sus directivos, a pesar de la guerra mediática declarada y profundizada en este año electoral.
La frase más llamativa de Horacio Verbitsky para referirse al coronavirus y a Clarín fue: “el virus no le hace asco a nada, le da lo mismo un subversivo como yo que un conchudo como Aranda”. Tal vez cambiando la palabra virus por la frase “a algunos miembros del gobierno” se halle el motivo de contar una anécdota que claramente deja mal parada a las autoridades políticas y sanitarias del espacio en el que él abreva.
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