18 de enero de 2015 fue el día que se encontró el cadáver del fiscal de la Unidad de investigación del caso AMIA, Alberto Nisman en su departamento de la Torre Le Parc de Puerto Madero.
Hoy, a siete años del suceso, los medios de comunicación no ahorraron tiempo ni espacio para volver a convertir el hecho aún no resuelto por la justicia desde los tribunales de Comodoro Py, en centro de atención informativa, para inducir nuevamente a la audiencia a creer que se trató de un asesinato para “callarlo” al fiscal, por la información que iba a presentar al día siguiente en el Congreso de la Nación.
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Sin embargo, y a pesar de la contundente prueba que existe a favor de la hipótesis del suicidio del fiscal Nisman, los periodistas que tratan el tema en los medios más importantes del país, no cejan en su esfuerzo por ocultar esa evidencia y señalar, desde el prejuicio, la firmeza de la versión del homicidio con tintes políticos, acusando indirectamente a la ex presidenta de la época, Cristina Fernández de Kirchner, de estar detrás de ese objetivo.
SI FREUD VIVIERA
Uno de los comunicadores más proclives al acto fallido, es decir a que su inconsciente le juegue al aire una mala pasada, es en los últimos tiempos Adrián Ventura, el cual se desempeña en las mañanas de la señal de noticias TN del Grupo Clarín.
Hace unas semanas se refirió al espacio ‘Juntos por el Cambio’ como ‘Juntos por el Sobre‘, el modo chicanero con el que se lo denomina, a veces, de manera despectiva desde Twitter.
El periodista de TN Adrián Ventura volvió a protagonizar un fallido esta vez en referencia al caso del Fiscal Alberto Nisman, cuando dijo que “nadie puede imaginar que haya sido un homicidio”.
Pero esta vez fue aún más allá, porque al hablar acerca de la muerte de Alberto Nisman no sólo se confundió al hilvanar la frase sino que dijo exactamente lo opuesto a lo que quería transmitir. Como si su yo interior le impidiera decir algo que en realidad sabe que es falso.
“Yo creo que la gente que conoció a Nisman durante muchos años ‘no puede imaginarse jamás un homicidio’, perdón un suicidio”, se corrigió rápidamente.
Pero lo dicho, dicho estaba, y el subconsciente otra vez había hecho de las suyas en la histórica serie de actos fallidos de Adrián Ventura.
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