El lunes por la noche, el vocero presidencial, Manuel Adorni, protagonizó un momento incómodo durante su participación en un programa de televisión cuando le preguntaron sobre el uso que el Gobierno libertario está dando a la TV Pública. Este medio, que durante la campaña presidencial fue prometido como un ente a ser privatizado o eliminado, sigue siendo utilizado por la administración de Javier Milei para fines propagandísticos, lo que generó una contradicción evidente con el discurso de campaña.
El incidente se produjo durante una entrevista en TN, donde el periodista Manu Jove lanzó una pregunta sencilla pero incisiva: “Es la primera vez que Milei se identifica con un mensaje de la TV Pública. ¿Esto es lo que vamos a empezar a ver en la TV Pública, los mensajes que el Gobierno quiere dar?”. Adorni, lejos de su característico tono irónico y sobrador, respondió visiblemente alterado y a la defensiva, repitiendo varias veces la frase “¿cuál es el problema?” y evitando mirar directamente a su interlocutor. Se lo observaba como cuando un niño se “empaca”.
Un Manuel Adorni ofuscado ante una pregunta sobre la TV Pública
LENGUAJE CORPORAL TAMBIÉN INCÓMODO
Este cambio de actitud llamó la atención, ya que Adorni no solo parecía molesto con el tema, sino que no logró articular una respuesta coherente a la pregunta inicial.
Javier Milei vuelve al conurbano e intenta sacar a flote una campaña empantanada por el escándalo de los audios
Estará este miércoles en Lomas de Zamora, uno de los distritos claves de la Tercera Sección donde gestiona el peronismo. El escándalo de las coimas impactó de lleno en la narrativa libertaria.
Su lenguaje corporal fue revelador: mientras hablaba, miraba hacia abajo y sus manos gesticulaban de manera nerviosa, lo que contrastó con su usual postura confiada.
El fastidio fue evidente a medida que trataba de justificar el uso de la TV Pública por parte del gobierno, a pesar de que durante la campaña electoral se insistió en que este tipo de prácticas —según los libertarios— eran una de las características más criticables del kirchnerismo, y daban como ejemplo a rechazar, al histórico programa 6,7,8.
El centro de la polémica radica en que, a pesar de la promesa de cerrar la TV Pública, el Gobierno de Milei la utiliza también para difundir datos como el del rating de la cadena nacional, una decisión que fue duramente criticada en redes sociales.
Según las cifras difundidas por el medio estatal, la cadena nacional de Javier Milei habría tenido una ‘notable audiencia’, algo que contradice la percepción generalizada y los datos proporcionados por otros medios de comunicación.
El cuestionamiento de Jove fue directo: “¿Esto es lo que vamos a empezar a ver en la TV Pública, los mensajes que el Gobierno quiere dar?”, haciendo referencia a la aparente contradicción entre lo que se prometió durante la campaña y lo que se está haciendo en la práctica.
Manuel Adorni, notablemente irritado, respondió de manera evasiva, justificando que el medio público “muestra la verdad” y preguntando reiteradamente “¿cuál es el problema?, ¿cuál es el problema?”.
¿VENDER LA TV PÚBLICA, O USARLA COMO TODOS?
Ante la repregunta sobre el futuro de los medios públicos bajo el gobierno libertario, el vocero insistió en que la intención es vender la TV Pública y privatizarla.
Sin embargo, mientras esto no ocurra, el objetivo es “hacerla lo más eficiente posible”, argumentó con voz tediosa.
No obstante, su tono alterado y defensivo, sumado a su lenguaje corporal errático, dejaron en evidencia que se trataba de una situación poco confortable para el vocero, quien claramente no esperaba que una pregunta tan simple desencadenara tal momento de tensión.
El incidente generó críticas tanto desde la oposición como desde algunos sectores cercanos al propio gobierno, que ven con preocupación cómo se empiezan a replicar prácticas que fueron objeto de críticas durante el kirchnerismo.
La postura de Adorni, lejos de aclarar la situación, dejó más preguntas que respuestas, alimentando el debate sobre la real intención del gobierno de Javier Milei respecto a la utilización de los medios públicos y su coherencia con el discurso libertario original.
