Los primeros días de la pandemia en Argentina fueron los más duros para el sector productivo y puntualmente para las pequeñas y medianas empresas (pymes) que tuvieron que hacer frente a u doloroso proceso de cese de actividades con consecuencias desoladoras a nivel empleo. Los meses de marzo y abril fueron los más difíciles y el mes de abril probablemente haya sido el mes con peores indicadores económicos y productivos de la historia del país. Pero el Centro de Estudios de la Unión Industrial Argentina (UIA), arrojó optimismo.
En septiembre el empleo registrado en la industria aumentó por cuarto mes consecutivo y alcanzó el nivel prepandemia. Según el estudio de la UIA, el empleo registrado creció 0,4% en septiembre lo que equivale a un crecimiento de 4.572 puestos laborales.
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Estos datos de la UIA grafican una desaceleración de la caída interanual (-0,9%; -10.340 puestos) de la mano de la primera suba interanual del nivel de producción desde la irrupción de la pandemia.
Si bien se trata de una buena nueva para el sector, todavía queda camino por recorrer, ya que ese “nivel prepandemia” no es el óptimo. Cabe recordar que el coronavirus fue una situación de crisis que se montó sobre una crisis precedente que dejó el gobierno anterior. Fue a partir de ese momento y frente a la doble crisis, que el Gobierno decidió trabajar en la restitución de los esquemas macroeconómicos haciendo base en las pequeñas y medianas empresas seriamente trastocadas por la irrupción pandémica.
Lo anteriormente mencionado se pone de manifiesto al leer el global de la UIA que, en la comparación interanual explica que la caída en la cantidad de puestos de trabajo fue del -4,4% (-266 mil puestos) y se mantuvo elevada en el marco de la crisis económica. Con estos datos, totalizan 25 meses consecutivos de caída anual ininterrumpida del empleo asalariado registrado privado.
“La recuperación industrial mantiene un comportamiento heterogéneo entre sectores que explica que la actividad se mantenga por debajo de los niveles pre pandemia, a partir de diversas dificultades (debilidad de la demanda, elevado porcentaje de trabajadores dispensados, dificultades para el abastecimiento de insumos)”, detalla el texto del Centro de Estudios de la UIA.
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