Según explicó Enio García, jefe de asesores del ministerio, las partículas de CO2 permanecen suspendidas en el aire durante largos períodos que pueden alcanzar, incluso, las 3 horas; por lo tanto, los espacios cerrados propician la concentración de aerosoles y permanecer mucho tiempo en ellos sin ventilación provoca mayor riesgo de contagios.
El medidor de dióxido de carbono es un aparato electrónico con sensores capaces de medir la cantidad de CO2 en el aire y arrojar tanto un valor absoluto como un indicador de situación: “alto”, “medio” o “bajo”.
Algunas de las medidas que se tomaron implicaron la apertura de puertas y ventanas si los valores eran elevados (30,5%) o, por el contrario, establecieron una menor apertura para lograr mayor comodidad térmica con valores bajos de CO2 (65,5%).
El informe señala también que solo el 15% de los establecimientos reportó que alguna de todas las mediciones realizadas periódicamente superó los niveles recomendados (400 ppm por sobre el nivel del aula vacía), y logró solucionarlo con más aperturas de puertas y ventanas.
Como dato de importancia, cabe marcar que el 98,3% de las escuelas respondió que la presencia de los medidores y el control de la ventilación que ellos permiten, no implicó la relajación de otras pautas de cuidado.
“El aparato no mide si hay o no coronavirus en el aire, pero si alguno de los que está en ese espacio cerrado estuviera contagiado y se satura mucho dióxido de carbono, hay una correlación entre la saturación de este gas y obviamente las partículas de virus”, explicó el gobernador.
Cabe marcar que según un informe del Ministerio de Educación de la Nación, desde el inicio de las clases presenciales en marzo el 1,6% de los alumnos se contagió de coronavirus y entre los docentes, ese índice llega al 6,7% en todo el país.
La experiencia en otros países
Estos medidores, que permiten saber si el aire está estancado o “viciado”, producto de una ventilación insuficiente, fueron utilizados en escuelas, oficinas y otros espacios cerrados de gran concentración de personas en otros países, donde la experiencia también fue fructífera.
España, Italia, Estados Unidos e Irlanda son algunos de los que incorporaron o recomendaron la utilización de los medidores de CO2 para reducir el impacto de la pandemia en las escuelas. E incluso, en algunas ciudades y comunidades autónomas de España la utilización de medidores de dióxido de carbono comenzó durante la segunda mitad del 2020, con el regreso a las clases presenciales.
En Inglaterra, por ejemplo, el Departamento de Educación distribuyó 300 mil medidores de CO2 en todas las escuelas para que, tanto los profesores como los estudiantes, puedan alertar si la calidad del aire dentro del aula está disminuyendo y así poder tomar medidas para reforzar la ventilación.
Mirá el informe completo sobre los medidores de CO2