Si alguien creía que la historia de Federico Rasic se había terminado, claramente se equivocó. Porque el papelón que envuelve la transferencia del delantero de Gimnasia al Amkar Perm sigue sumando capítulos por una dirigencia que deja dudas sobre su accionar, un representante que se maneja desde la soberbia y el jugador encaprichado.
Todos los actores de esta situación, donde el único perjudicado es el Lobo que pierde su patrimonio, tienen su responsabilidad y nadie le da un corte definitivo. Por esa razón, el tironeo sigue a nivel internacional, con reclamos de un lado y otro.
La Comisión Directiva: Jamás echó claridad sobre el asunto con papeles firmados, con la oferta concreta. Nunca se supo la modalidad de la transferencia, los alcances del préstamo, la venta a futuro, las cuotas y el grupo empresario comprador. Hoy rechaza enviar el tránsfer por no haber recibido el dinero de la forma adecuada y reclama mediante carta documento que regrese el jugador y se reincorpore al plantel de Pedro Troglio.
Pablo Ceijas: El verborrágico representante, que se despachó en varias ocasiones vía Twitter embarrando aún más la cancha, presentó documentación ante la AFA para conseguir la habilitación, pero se ganó el repudio en el club y es imposible que vuelva a negociar. Acercó una gran oferta por un futbolista que no era tenido en cuenta, pero el manejo nunca fue claro.
Sabiendo que el pago debía hacerse vía depósito bancario en la cuenta de la institución, lo realizó mediante una escribanía lo cual despierta sospechas sobre la maniobra. Reclama por intermedio de la AFA que Gimnasia lo habilite según explicita la documentación que sacó a relucir.
Federico Rasic: Aunque Troglio lo niega, en caso de volver no será tenido en cuenta por su vulnerabilidad ante la influencia de su representante. Y con el desenlace de los hechos, justifica haber perdido su lugar en los planes. Hoy sigue en Rusia, lejos del Tripero y con su futuro entre signos de pregunta.
Sin importar quién es el principal responsable, el cuadro de situación presenta un escenario vergonzoso donde el único perjudicado es Gimnasia, que se pierde de una venta importante y pierde un futbolista por el que apostó en las juveniles, preso de una dirigencia que nuevamente desnudó graves falencias y no supo controlar la ambición del empresario.