Defensores de Belgrano de Villa Ramallo hace años que es animador del Federal A. El armado de equipos con denominado “buen pie” ha hecho de su reducto un problema para sus rivales y su convicción de juego, un dolor de cabeza para sus anfitriones. Así se fue ganando su respeto en el fútbol argentino, un respeto que se terminó de consolidar cuando venció a Gimnasia en la Copa Argentina, en uno de los 10 batacazos más importantes de la competencia.
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Sin embargo, esos días podrían quedar en el recuerdo ya que su presidente tiene en mente “llamar a una asamblea cuando termine la competencia para ver qué hacemos, si seguimos o salimos del profesionalismo”. A José Torriani se lo nota hastiado. El audio del jugador de Estudiantes donde afirma que el ascenso estaba cerrado lo terminó de sofocar: “Hay cosas que te explotan en la cara. Me tengo que ir a vivir a AFA y al Consejo (Federal) para ver qué pasa ahí adentro y la verdad no puedo”.
Las sospechas sobre los arbitrajes empiezan a llegar siempre en un mismo momento del calendario: “Durante la competencia va todo por carriles normales y en las definiciones se nubla… vamos analizando quiénes son los árbitros, vemos cómo se repiten y cuándo lo ves hay algo que te explota en la cara. No tengo pruebas y no las voy a tener. Lo mío es empírico, lo es desde una situación concreta que me da el hecho de estar en las finales verlo”.
“Después del partido con ellos (Estudiantes de Río Cuarto) advertí, no sólo que algo no iba por los carriles normales, sino que también vi simpatizantes, socios, gente que conozco que se había transformado de tal forma que temí porque pase algo. La gente estaba fuera de sus cabales y yo sé que son gente de buena fe”. En aquel partido el árbitro (Gerardo Méndez Cedro) le expulsó tres jugadores al Elefante, le informó otros dos al término del encuentro y el Celeste se impuso con un penal en tiempo adicionado.
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