Pasada la medianoche de este miércoles, murió una leyenda de Saladillo. Más conocido como “Pirincho”, Augusto Cicaré falleció a los 84 años luego de permanecer internado en el Hospital Dr. Posadas.
Considerado un “genio” tanto por sus vecinos de la ciudad bonaerense como por colegas de distintas regiones, el hombre criado en Polvaredas logró reconocimiento en todo el mundo no solo por ser una leyenda de la aeronáutica, sino también por su humildad.
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El Servicio Meteorológico Nacional anticipa un martes sin alertas en la provincia de Buenos Aires, pero con viento moderado del noreste y algunas ráfagas que podrían alcanzar los 45 a 50 km/h. Se espera una jornada templada a cálida, con cielo parcialmente nublado y sin lluvias.
Es que si bien solo llegó a completar la escuela primaria, eso no le impidió convertirse en un reconocido constructor de helicópteros de exportación y recibir un extenso listado de distinciones.
La pasión de “Pirincho” nació a los 4 años, luego de ver la tapa de la revista “Mecánica Popular”, donde aparecía un VS-300, el primer helicóptero creado a principios de la década del ’40 por el ruso Igor Sikorsky.
“¡Uy mamá, que lindo! Yo quiero hacer uno como estos cuando sea grande”, dijo en aquel entonces el pequeño. “Hijo, aquí dice que es una máquina muy complicada. Pero si un ser de carne y hueso como vos pudo hacerlo, esforzándote, también podrás lograrlo“, le contestó su mamá.
A los 11 años, cursando 5º grado, Augusto fabricó su primer motor de cuatro tiempos, con el cual hizo funcionar un lavarropas. En esa misma época, convirtió el motor de un automóvil para el empleo de gas envasado como combustible en lugar de nafta y construyó todas las herramientas de su taller.
A los 12, cuando egresó de la Escuela de Educación primaria, abandonó para siempre sus estudios, pero no su capacidad de invención: tres años más tarde, fabricó un motor de 500 cm3 con árbol de levas a la cabeza, que tenía como destino una moto que pensaba construir, y también su caja de velocidad de cuatro marchas.
“Las circunstancias hicieron que tuviera que vender el motor a un conocido suyo, quien lo colocó en una moto Harley Davisson, y con el dinero obtenido por esta venta, comenzó a fabricar las primeras piezas de lo que era el sueño de su vida y su pasión, el helicóptero”, describe la biografía publicada en la página web de su empresa: Cicaré S.A.
A los 21 años, finalmente, el joven concretó su ambición de niño de fabricar y volar su primer helicóptero: el CICARE CH-1. Esta máquina, al igual que su motor, fueron creados con materiales e instrumentos que se encontraban a su alcance en su taller agrícola, y se constituyó como la primera aeronave de este tipo desarrollada y construida en Sudamérica.
A pedido de Juan Manuel Fangio, también diseñó y construyó un nuevo motor de cuatro cilindros en V de cuatro tiempos para instalar en automóviles DKW, utilizando por primera vez en la Argentina distribución por correas dentadas, y en 1994 desarrolló el Simulador/Entrenador de Vuelo para Helicópteros CICARE SVH-3.
La biografía de “Pirincho” sigue repleta de logros y desarrollos que traspasaron las fronteras. “Muchos me consideran un genio, pero yo no lo acepto. Autodidacta sí, inventor tampoco. Tal vez soy un luchador“, sostuvo durante una distinción de la UNLP, y reveló cuál de los consejos de su madre fue el que más lo marcó: “Tenés que tener mucha constancia y perseverancia. Nunca aflojes y si tenés errores no te asustes. Los fracasos tomalos como un aprendizaje”.
En las redes sociales, decenas de personas lo despiden con cálidas palabras. Entre ellas, el intendente de su ciudad natal, José Luis Salomón. “Disfrutá intensamente este vuelo mágico de retorno a casa, sabiendo que diste mucho y bueno. Saladillo te quiere y ahora eternamente. ¡Gracias, querido Pirincho!”, escribió el jefe comunal.
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