Mauricio Macri define por estas horas si reaparecerá en algún momento de la campaña electoral que tiene a Patricia Bullrich y a Horacio Rodríguez Larreta sacándose los ojos para llegar a la presidencia de la Nación. Se trata de una interna ríspida, con final incierto, que promete dejar heridos a ambos lados de la línea de fuego.
Esto no significa que el expresidente se mantenga al margen de la batalla. Dejó muy claras sus posiciones cuando María Eugenia Vidal osó romper la neutralidad y para declarar su apoyo al Jefe de Gobierno porteño. “Desdibujó su perfil”, declaró, tajante, aunque luego intentó suavizar el reto.
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Es posible que Macri haga bien en dudar. ¿Cuánto le sumaría a Patricia Bullrich una aparición pública a su lado? Fuera de la Capital Federal, más bien poco, a decir de un armador bonaerense de ese espacio, aterrorizado por la sola idea de ver al expresidente en su lado de la General Paz.
La propia Bullrich lo expresó, muy diplomáticamente, el último viernes: “No espero el apoyo de Macri porque él es un expresidente y tiene que estar por encima de la interna”, declaró. A buen entendedor…
Macri actúa también en las sombras. Es la mano que tranquiliza a los empresarios cada vez que Patricia derrapa, cuando exhibe falta de conocimientos o demuestra no estar a la altura de la tarea que quiere desempeñar. Traducido: cuando habla de economía.
¿Y cómo hace Macri para tranquilizar a un empresario cuando Bullrich lo hace dudar de brindarle su apoyo? Le dice que él mismo armará su equipo de Gobierno, que la rodeará para que no lleve a la práctica los desatinos que promete, sin mencionar los que él mismo cometió. ¿Funciona esa prédica? Muy bien, a favor de Larreta.
Más allá del rol de Macri, hay otra evidencia clara de que las cosas entre Patricia y Larreta van a ser difíciles de remontar. Esta semana se escribió la novela del búnker. ¿Deben compartir los precandidatos el lugar físico desde donde se sigue el minuto a minuto de la elección? ¿Deben compartir escenario a la hora del cierre o un eventual festejo?
Al final, ambas partes decidieron que es mejor dar un gesto de unidad. Ahora debaten cómo y dónde.
En los territorios, llegó la hora de las traiciones. Hay señalamientos para algunos jugadores, como Joaquín De la Torre, que armó para Patricia Bullrich. Cobró en el cierre de listas y luego desapareció. ¿Está desmotivado?
Joaquín De la Torre y su entusiasmo militante para Patricia Bullrich
Un video viral lo muestra no muy convencido de pedir que se vote “la boleta completa” de Patricia Bullrich en La Plata. Sería un dato menor, si no fuera Joaquín: ex kirchnerista, es massista, ex vidalista, ex paloma. La UCR todavía se lamenta de haber delegado en su figura el armado de la primera sección en las elecciones de 2021. ¿Es halcón o es paloma? Un ave seguro es: comió y voló.
Todas estas facturas se empezarán a cobrar el lunes 14, especialmente si el resultado en las urnas no acompaña. Será el momento de probar la calidad de los liderazgos, medidos en el éxito que tengan para evitar que la sangre llegue al río.
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