Cada vez que Macri reaparece en la escena política, la interna de Juntos por el Cambio se distingue con mayor claridad y de a poco, comienza a dibujarse dos sectores. Uno liderado por los “moderados”, debajo de la figura de dirigentes como el jefe porteño Horacio Rodríguez Larreta y la exgobernadora María Eugenia Vidal, y otro por el núcleo más duro del PRO, en donde pisan fuerte el ex presidente y la titular del partido, Patricia Bullrich.
La última vez que Macri habló, le apuntó directamente al peronismo. Fue tan duro, que llegó a incomodar al ala más peronista que todavía convive en el frente político opositor. De hecho, uno de los que se sintió tocado, el ex legislador Nicolás Massot, le salió a contestar. Y avivó el fuego dentro de Cambiemos al expresar viejos resentimientos respecto a cómo se manejó el gobierno macrista con las minorías políticas dentro del oficialismo.
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“Con todos los errores que pudimos haber cometido, nosotros entendimos que él estaba conforme”, manifestó el ex diputado cordobés, que dijo haber sentido “sorpresa” por las duras críticas de Macri, que llegó a argumentar que parte de su fracaso frente al gobierno se dio por los “errores de dirigentes” cercanos al peronismo. El palo de Macri fue leído como una crítica para Emilio Monzó y Rogelio Frigerio.
“Empezamos la autocrítica dentro del Gobierno porque sentíamos que habíamos abandonado el espíritu de unidad de los argentinos que había sido una de nuestras principales promesas, sentimos que a los pocos meses el Poder Ejecutivo empezó a girar sobre sí mismo, con actitudes autoreferenciales y prejuicio para con el peronismo y la oposición en general. Tal vez haya sido esa autocrítica, que muchos consideraron inoportuna, la que nos haya costado estas declaraciones”, manifestó Massot en una entrevista con C5N.
Para el ex diputado del PRO, lo de Macri “no se trató de un problema de delegación, se trató de un problema de subestimación de la política”.
Lo extraño es que pese a la retórica del ex mandatario, su final frente a la administración pública se dio de la mano de Miguel Ángel Pichetto, como acompañante de fórmula. Un hombre al cual nadie duda que haya surgido de las filas del peronismo.
“La autocrítica mas importante fue la nominación de Miguel Pichetto como candidato a vicepresidente; fue un reconocimiento urgido por los pronósticos adversos y tardíos, de que nos habíamos equivocado pensando que el problema estaba siempre en otro lado”, dijo, entonces, Massot.
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