En un hecho llamativo e inesperado de lo que podría denominarse “justicia ciudadana”, sucedido en la localidad de Tolosa, barrio de la Capital bonaerense, se ubicó el escenario de un acto que desafía las fronteras entre la venganza y la justicia poética. Un vecino, en un intento de impartir una lección a un joven supuestamente delincuente, lo obligó a correr desnudo por las calles tras ser sorprendido robando.
El adolescente obligado a correr desnudo por las calles de Tolosa
En este fin de semana extra largo, la tranquilidad de un feriado en la zona de 4 y 520 se vio interrumpida cuando un adolescente de 15 años fue capturado por residentes locales después de ingresar a una vivienda. Sin embargo, la captura fue solo el comienzo de un castigo humillante y público. El joven habría sido forzado a despojarse de su ropa y correr por varias cuadras, perseguido por un hombre en moto que no cesaba de lanzar insultos. En redes sociales también se abonan otras teorías de lo más sorprendentes acerca del origen del hecho. Y lo nombraron como el “Vía Crucis tolosano”.
Las imágenes del incidente se esparcieron como pólvora en las redes sociales, generando un debate acalorado sobre los límites del castigo y la moralidad de tales actos.
Mientras algunos aplaudían la acción como un acto de justicia merecido, otros lo condenaban como una forma de venganza cruel e inhumana.
APREHENDIDO EN TOLOSA
La policía, alertada por una denuncia, intervino rápidamente, encontrando al joven en la esquina de 115 y 516. Fue aprehendido y el caso pasó a manos de la UFI del Joven N°4 de La Plata, bajo la carátula de “hurto agravado por escalamiento en grado de tentativa”.
El adolescente obligado a correr desnudo por las calles de Tolosa
Este suceso lleva a reflexionar sobre la naturaleza de la justicia y cómo la comunidad reacciona ante el delito. ¿Es este un caso de justicia poética, donde el castigo refleja el crimen? ¿O es un acto de venganza que traspasa los límites de la decencia? ¿Hay que creer siempre a “pie juntillas” la versión de quien ejecuta “la justicia por mano propia”?
La línea entre corregir y castigar puede ser tan delgada como la ropa que separa la dignidad de la vergüenza.
