El futuro del fútbol argentino parece cada vez más cerca de estar en manos de la AFA. Ayer su presidente, Claudio Tapia, se reunió con las autoridades de la mayoría de los equipos de Primera División para tratar la salida de Superliga.
Si bien se trató de una charla informal, el foco del encuentro estuvo puesto en la derogación del convenio con la SAF. Si bien el mismo puede ser roto de manera unilateral, la idea es hacerlo de manera prolija, a través del voto de los integrantes.
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Para ello se necesitarían el visto bueno de 35 de los 46 asambleístas, y en la Asociación del Fútbol Argentino saben que cuentan con los votos necesarios para aprobar la salida en una Asamblea Extraordinaria. Por eso parece cuestión de tiempo.
En la cena junto a Chiqui Tapia estuvieron presentes representantes de 14 de los 24 clubes que conforman la actual Superliga, incluidos los dos equipos de La Plata y cuatro de los cinco grandes. El único ausente fue River.
Allí, entre otros, estuvieron: Jorge Ameal (Boca), Hugo Moyano (Independiente), Víctor Blanco (Racing) y Marcelo Tinelli (San Lorenzo). Además, dijeron presente Gabriel Pellegrino (Gimnasia) y Pascual Caiella (Estudiantes).
En caso de aprobarse, la actual sería la última Superliga. En reemplazo se creará la Liga Profesional de Fútbol, que va a tener menos autonomía y menos poder que la SAF, por lo que desde junio la AFA recuperaría la fuerza perdida.
