Con el empate ante San Lorenzo, Estudiantes llega a 5 partidos sin poder ganar, pero más allá del resultado, la imagen que dejó el equipo deja tranquilo a los jugadores, cuerpo técnico e hinchas.
Nunca se resignó, siempre peleó el partido y empujó aunque con más ganas que fútbol para llegar al gol que consiguió. Lo pudo haber ganado, también perdido yendo lanzado al ataque, pero no le importó, lo intentó.
De entrada se paró para salir rápido de contra, con orden y mucha tranquilidad llevó el partido donde más le gusta. San Lorenzo se desesperó y lo empujó hacia su arco. El equipo nunca perdió la paciencia para defender, pero tampoco tuvo claridad para atacar.
La virtud estuvo en reponerse de la desventaja con mucho espíritu pero con dos jugadores claves: Mariano Andújar que en del segundo penal si logró atrapar la pelota, dejando así en partido al equipo y con Mariano Pavone como una bocanada de aire fresco y haciéndose cargo del ataque.
A él le hicieron el penal, y él fue quien lo cambió por gol asegurando el disparo fuerte y al medio. Jugando así, perseverando y trabajando, serán muchos más los triunfos que las derrotas en el 2019.
