En los últimos días Analía Hirmbruchner fue noticia en el fútbol femenino por haber tomado la decisión de renunciar a su rol de asistente técnica de Carlos Borrello en la Selección Argentina por no estar de acuerdo “con el estilo de liderazgo, formas y modos de conducción” del DT, un reclamo que previamente había surgido desde algunas integrantes del plantel.
Hambur, como la apodan, había asumido en esa función en el año 2017, cuando Borrello volvió a la dirección técnica del seleccionado, y había sido una de sus personas más cercanas tanto en el plantel mayor como en el Sub 20. Cuatro años más tarde decidió ponerle un punto final a su etapa, en medio de una incertidumbre general en torno a la continuidad o no del DT.
Hablar de Analía Hirmbruchner es hacerlo de un persona dedicada por completo al fútbol femenino, que con 32 años cumplidos el pasado 10 de enero tiene un pasado lejano pero importante como futbolista: jugó en AFA entre 2003 y 2013, fue parte de la Selección y debió tomar la decisión de retirarse a los 24 años por problemas de lesiones.
Quienes tuvieron la posibilidad de verla dentro de la cancha aseguran que fue una mediocampista habilidosa, de buen pie y con una gran lectura de juego, por lo que en la mayoría de los equipos en los que jugó fue un nexo clave entre defensa y ataque. Fue una de las primeras futbolistas en ser homenajeadas con una gigantrofía en uno de sus clubes.
SUS INICIOS CON LA PELOTA
Su desembarco en el fútbol femenino de AFA se dio en 2003 con solo 14 años, y su primer club fue nada menos que River, aunque no llegó a jugar mucho allí. Poco más de un año después se sumó a Independiente, en donde se convirtió en una pieza fundamental del equipo. Con la camiseta de las Diablas se desempeñó entre 2005 y 2009.
Hirmbruchner fue vital en la última gran campaña de Independiente, que tiene que ver con la última vez en la que se subió al podio, en el Torneo Apertura 2006. En aquella oportunidad el equipo de Avellaneda finalizó en el 3° lugar a cuatro unidades de Boca y San Lorenzo y ella, a pesar de tener solo 17 años, marcó 6 goles en 8 fechas.
HIRMBRUCHNER EN VILLA LYNCH
Su llegada a la UAI Urquiza se dio en el año 2010, y de inmediato representó un salto de calidad dentro de un plantel llamado a hacer historia. En el Clausura 2012 fue clave en un hecho único: el primer título del Furgón, que se metió en la disputa entre Boca y River y consiguió romper su hegemonía el 24 de junio de ese año.
En aquel torneo convirtió cuatro goles, redondeando un total de once en la temporada y llevando la cinta de capitana. Una de sus cuatro conquistas se dio justamente el día del título, en un 2-1 como visitante frente a la UBA. Con 23 puntos sobre 27 posibles la UAI Urquiza superó por una unidad a Boca y gritó campeón por primera vez.
Se retiró el 20 de abril de 2013, en la última fecha del Apertura 2012 que finalizó bien entrado el año siguiente. Fue en un 3-0 ante San Lorenzo como locales, en el que UAI Urquiza ganó justamente con un gol suyo y con tantos de Micaela Cabrera e Indiana Fernández. Marcó 33 goles durante sus poco más de tres años en la institución.
EL DÍA DESPUÉS
Su decisión de colgar los botines no representó en lo más mínimo su alejamiento del fútbol femenino, ya que se preparó para seguir ligada a la pelota y encontró la manera de hacerlo a través de la enseñanza y la medicina: es entrenadora personal, directora técnica, Licenciada en Kinesiología y Fisiatría y certificada en Osteopatía.
Al poco tiempo de su retiro se sumó como kinesióloga al cuerpo técnico de la UAI Urquiza, en donde luego sería también asistente técnica. Antes de pasar a la Selección integró el cuerpo técnico del Furgón en los títulos obtenidos en 2014 y 2016, que representan la segunda y la tercera estrella en la historia del fútbol femenino del club.
HIRMBRUCHNER Y LA SELECCIÓN
A pesar de haberse retirado muy joven su historia con la Selección Argentina es igual de extensa que su paso por el fútbol de AFA. Con la Albiceleste tuvo mucha participación en seleccionados juveniles, disputando los Sudamericanos Sub 20 de 2006 y 2008, y también el Mundial Sub 20 de Rusia en 2006.
Con la mayor, en tanto, jugó dos veces el Campeonato Sudamericano, lo que hoy es la Copa América, y cuenta con el orgullo de haber llevado la N°10 en el plantel que en 2006 marcó un hito en el fútbol femenino argentino al conseguir el título con un histórico triunfo ante Brasil. Luego, por una rotura ligamentaria en marzo de 2007, se quedaría afuera del Mundial.
