Un guantazo perfecto. Un gol evitado después de un remate de Manuel Panaro, desviado y con efecto bravísimo de domar. Una presencia nuevamente decisiva. Una jugada que pintó, en efecto, el gran Clásico Platense de Fernando Muslera en el Bosque. El arquero de Estudiantes fue decisivo.
Leído, todo parece fácil. Mirando el video todo se vuelve más difícil. Y si se contempla el momento, entonces se comprende por qué la reacción de Muslera fue tan determinante. Y es que el final del primer tiempo -iban 44 minutos– estaba cerca en un desarrollo cerradísimo. Tanto es así que el propio Panaro reconoció que si la pelota entraba, todo hubiera sido diferente.
Por eso la mano del uruguayo nacido en Buenos Aires hace 39 años fue clave. Porque evitó una caída parcial y protagonizó una secuencia que permite, junto a sus métricas, entender su peso específico en el triunfo 1-0 ante Gimnasia.
En plena temporada alta de boletines, el de Muslera tuvo varios puntos altos: ganó 9 centros en lo alto (atenazó todo lo que le cayó, incluso desde los córners), estuvo fino desde las salidas (erró 8 de los 33 pases que intentó), despejó otras tres pelotas bombeadas y, claro, se anotó ese tapadón a Panaro que redondeó su promedio para arriba.
Un partidazo para llegar a una nueva final en su primer semestre como arquero de Estudiantes. Club al que llegó luego de transformarse en ídolo de Galatasaray. Y en donde se asentó rápidamente.
Los números de Muslera en Estudiantes

Partidos jugados: 23
Amarillas: 3
Goles recibidos: 22
Vallas invictas: 9

